Ramón Esteve
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Al Refugio en la Viña, obra que ha sido seleccionada como finalista para los Premios de Arquitectura WAF en la categoría de Casas-Edificios Completados, se llega por un camino de olivos que desemboca en una imponente construcción de hormigón a dos aguas rodeada de chopos y cipreses. Desde allí no se ve el mar, pero hasta en el más mínimo detalle tiene vocación mediterránea. "La casa se apoya en el terreno, pero sin alterarlo, para que todo fluya con naturalidad", explica. Ya en el porche, recuerda sus comienzos en la profesión. "No hubo un día cero, ni una epifanía de conversión a la arquitectura", se sincera. "Más bien fue una progresión que comenzó con un lápiz y un papel. Aquella inquietud pueril por las artes plásticas me llevó con el tiempo a querer generar entornos y espacios a través de mis dibujos". Antes de empezar la carrera ya había visitado, libreta en mano, el Panteón de Agripa y la Iglesia de San Carlino de Roma y se había familiarizado con las teorías de Le Corbusier y Mies van der Rohe. Pero fue una fotografía la que guió sus primeros pasos de estudiante. "Cuando vi la Casa de la Cascada de Wright me propuse llegar a hacer algo parecido algún día".